“Paz al infinito”
Excelente hotel, situado en medio del desierto, un entorno abierto y maravilloso, la sensación de paz y de armonía te envuelve, es la luz que es especial ,intensa, limpia…
Los animales que a unos metros del hotel aprovechan al anochecer para beber.
El hotel cuenta con amplias habitaciones con vistas al esplendido paisaje, muy bien equipadas . Con baño grandioso,separadas bañera y ducha .cama extra grande y cómoda. En cuanto a la comida excelente, un diez para la carne de oryx . Atención acorde con el entorno, en la cena no faltan los bailes y cánticos de todo el servicio.Luego una charla entorno al fuego
El único pero es la construcción exterior del Lodge poco adaptada al entorno, ya que mas bien pretende ser una especie de castillo.